El hospital Goyeneche en su momento fue el más moderno del continente. Con ambientes para garantizar la recuperación de los pacientes y lo mejor del equipamiento en los inicios del siglo XX, se convirtió en el referente hospitalario de la atención médica gracias a los aportes brindados por una familia altruista.
Sin embargo, los años pasaron y el tiempo no fue clemente con el nosocomio de 112 años de antigüedad. Los terremotos de mediados del siglo pasado acabaron con su hermosa capilla y dejaron en ruinas diversos ambientes.
Aunado a ello se tuvo el crecimiento desordenado de la ciudad y la falta de apoyo de las autoridades para que se mantenga al tanto del avance tecnológico. Así recibió el hospital Goyeneche su centenario. Así también cumple nuevos aniversarios cada año esperando que los sucesivos gobiernos se pongan la camiseta de la salud y se preocupen en garantizar la atención al ciudadano.
En ese camino se sumaron diversos problemas. La infraestructura en diversos ambientes se cae a pedazos, no existe el suficiente personal, el equipamiento y el instrumental pierden vigencia en comparación al avance de la tecnología y en el aspecto administrativo todavía hay falencias que originan que la ciudadanía no sea atendida a tiempo y su salud peligre.
En los últimos días se designó a un nuevo director del hospital Goyeneche. Esperemos que no sea un ave de paso y se logre conectar con las autoridades pertinentes para lograr avances en salud y evitar que la población siga muriendo por problemas que pudieron solucionarse en su momento para salvar vidas. La experiencia cuenta que muchos directores intentaron hacer algo, pero no se vieron los avances