Nos encontramos a un día para que culmine el 2023 y ya comienzan las evaluaciones de todo tipo en las instituciones públicas. Ello ha conllevado a una ola de presentación de balances sobre lo actuado durante el año y en general la difusión de aspectos positivos y sin autocrítica del trabajo anual.
Es así que pudimos ver al gobernador regional Rohel Sánchez victimizarse al presentar el balance de sus obras durante este año. La autoridad regional no perdió la oportunidad de decir que se había avanzado a pesar de una serie de críticas y acciones contra su persona y sus funcionarios de confianza.
Los consejeros regionales también presentaron sus balances de trabajo, donde manifestaron sentirse decepcionados del ejecutivo regional, al principio parecía que tenía fe a la administración de Sánchez. Veremos si es que lo mostrado es superado este año. Recordemos que su labor está referida a la elaboración de leyes y a la fiscalización. Por ello deben ir a la misma velocidad del Ejecutivo de la región para garantizar que se cumpla con las promesas y que se corrijan los errores en la gestión.
Resulta inevitable analizar lo bueno, lo malo y lo feo del año que acaba. Sobre todo se necesita la capacidad de autocrítica para asumir las falencias de los últimos doce meses y luego de ello, buscar las correcciones necesarias de cara a un 2024 que permita crecer.
Para las autoridades regionales y municipales inicia en algunos días el segundo año de su gestión y con ello se acaba el año de ‘aprendizaje’ como le denominan para disculpar la lentitud en la ejecución de obras de impacto.
Ya no vale pestañear, pues sus jurisdicciones no pueden esperar más en la búsqueda de proyectos de desarrollo. Esto incidirá en que, al finalizar del 2024, se cuente con balances más realistas y positivos que signifiquen más posibilidad de salir del atraso y se vea por fin autoridades que buscan desarrollar a la región.
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