Lo sucedido con el congresista Hernando Guerra- García pone nuevamente sobre la palestra lo ocurrido con los centros hospitalarios del primer nivel de atención en nuestro país. De acuerdo a un diagnóstico de brechas del Ministerio de Salud (Minsa), nueve de cada 10 nosocomios operan en condiciones inadecuadas, es decir, con insumos y personal insuficiente, infraestructura deteriorada por los años, falta de presupuesto para la compra de medicamentos, etc.
De igual manera, estudios como el realizado por el Observatorio Propuestas del Bicentenario, señalan que seis de cada diez centros de salud en el país atienden menos de doce horas. Esto resulta fatal si consideramos que una emergencia no tiene hora definida y su ocurrencia nunca será programada.
Esto se ve reflejado en el hecho que la posta de Punta de Bombón, donde debió darse la primera atención al legislador tras sufrir una descompensación, atendiera solamente hasta las 8 de la noche y que no cuente con suficiente personal, según refirió el propio gerente regional de Salud. La emergencia se suscitó al promediar la medianoche por lo que los allegados a Hernando Guerra-García se encontraron con un local cerrado y con el reloj avanzando de manera cruel por tratarse de una vida que estaba en riesgo.
Lo que vino después fue parte del calvario que vivimos millones de peruanos en el sistema de salud. Al no encontrar respuesta del primer nivel de atención, esta vez por motivo de horarios y falta de personal, tuvieron que acudir en búsqueda de un nosocomio de mayor complejidad. Lamentablemente el tiempo no alcanzó y se tuvo un desenlace fatal.
Lo más triste también es que tuvo que ocurrir la muerte de una personalidad política para que todos volteen las miradas hacia el sistema de salud. Ojalá que, pasados los días, esto no quede en el olvido y haya más acciones para evitar que nuevas muertes se produzcan debido a la deficiencia del aparato estatal.