Una moción de censura ya corre por los pasillos del Congreso. Esta vez no apunta hacia algún ministro cuestionado, que ya de por sí tiene varios este gobierno. Ahora se apunta a la Mesa Directiva del Legislativo. Entre otras cosas, se cuestiona el papel desempeñado tras las denuncias por gastos excesivos en el Parlamento.
Al respecto, el presidente del Congreso, José Williams, se mostró tranquilo ante la presión. Espera que la moción no prospere. Sin embargo, pareciera que cada vez son mayores las opiniones que critican el trabajo de nuestros representantes y estos no hacen lo posible por revertir ello.
Con ello queda demostrado que nuestra clase política no termina de desmembrarse. Si antes la batalla era entre Ejecutivo y Legislativo, ahora la crisis se sumerge aún más en el Parlamento. La moción de censura es promovida por bancadas denominadas de izquierda (decimos denominadas porque los constantes cambios entre parlamentarios hace que aparezcan más grupos de representantes).
En la moción también se critica la dirección del debate por parte de los integrantes de la Mesa Directiva. Además indican que se incitó a la violencia cuando se hizo el llamado a las fuerzas del orden para que enfrenten las diferentes protestas en el país. Visto ello, queda decir si quienes impulsan la moción tuvieron un papel decoroso durante los dos últimos años.
Cabe la pregunta, porque así podríamos hacer un balance y saber si nuestros legisladores se encuentran a la altura como para ‘tumbarse’ una Mesa Directiva. Así veríamos que su calificación también es lamentable y, al igual que el resto de nuestra clase política, no garantizan un respaldo de la ciudadanía, aunque parece que a los congresistas eso no les importa tener.
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