Una pregunta que hacemos y recibimos con frecuencia es “¿Cómo estás?” y las respuestas automáticas más usuales son: “Bien” o “mal” en sus diversas variantes, aunque estas respuestas no son verdades, porque solo nos enfocamos en un área de nuestras vidas, nadie está mal ni bien en todo.
Responder a esta pregunta es muy compleja porque el ser humano es la suma de sus áreas que son muy diversas y podemos destacar algunas como: emocional, física, financiera, sexualidad, conocimientos, pareja, familia, amistades, conocimientos, profesión, contribución y muchas otras.
Para responder a esta pregunta es necesario reconocer lo amplio del panorama porque podemos tener tristeza porque discutimos con nuestra pareja, aunque tenemos buenos ingresos, nuestros hijos están sanos, apoyamos a una familia de vecinos y hemos tenido nuevos aprendizajes sobre aquello que es nuestra vocación.
Reconocer nuestras diversas áreas de vida, hacerlo con nosotros mismos y hablarnos bonito es algo que no enseñan en el colegio o en los hogares, y es un hermoso desafío porque es posible aprender con práctica y autocompasión.
Un ejercicio de autoconocimiento que puede ayudarnos es el siguiente: toma una hoja de papel y escribe en el centro todas tus características, luego identifica aquellas características denominadas tronco, según Pilar Sordo psicóloga y escritora, son aquellas que las tienes desde tu niñez y son parte de tu esencia y a pesar del paso de los años estas permanecen; enseguida identifica la parte luminosa y oscura de estas características con amor y compasión.
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