El presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Roberto Burneo, anunció que se convocará a todas las organizaciones políticas para firmar un pacto ético electoral, un compromiso mínimo para frenar campañas sucias, desinformación y ataques personales. Pero detrás de este llamado hay un desafío aún mayor: ¿cómo organizar debates presidenciales con 39 partidos inscritos sin convertirlos en un caos incomprensible para la ciudadanía?
Según Burneo, el JNE ya revisa modelos aplicados en otros países con alta fragmentación, como Costa Rica, para adaptar un formato funcional que permita la participación de todos sin afectar la claridad del mensaje. La institución analiza debates por grupos, rondas sucesivas, sorteos, debates temáticos o incluso modelos rotativos para evitar que un escenario abarrotado vuelva imposible la interacción. “El objetivo es asegurar reglas igualitarias, transparentes y que informen de verdad al votante”, afirmó.
Pero mientras se diseña el formato para este inédito escenario de 39 candidaturas, el sistema electoral enfrenta su propia crisis: un déficit presupuestal de más de S/500 millones solo para el JNE, y más de S/3900 millones necesarios para asegurar las elecciones 2026.
Burneo pidió al Congreso y al Ejecutivo garantizar los recursos a tiempo, recordando que se trata de un proceso clave bajo un gobierno de transición. En paralelo, los órganos electorales ya fiscalizan denuncias por uso de recursos públicos, propaganda prohibida y vulneración de la neutralidad.
Para los electores, el JNE habilitará plataformas digitales de orientación electoral y recordó que las internas serán el 30 de noviembre, mientras la calificación de candidatos iniciará el 23 de diciembre. Con cédulas que podrían superar los 40 centímetros y una oferta electoral sin precedentes, el desafío es monumental: organizar elecciones limpias, debates entendibles y una campaña donde la saturación no termine ocultando la información realmente importante.
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