Durante la semana que terminó hemos sido testigos de cómo las intensas lluvias han dejado estragos, sobre todo en las zonas altas de nuestras provincias. Se produjeron deslizamientos de tierra que afectaron a centros poblados y vías de comunicación. Las estimaciones del Senamhi indican que este panorama podría repetirse durante la siguiente semanas, precisamente si consideramos que regularmente febrero es el mes con mayor intensidad de precipitaciones.
En ese contexto, uno de los servicios que podrían verse afectados, si es que esta situación no mejora, es el dictado de clases. Recordemos que en las zonas altas las instituciones educativas cuentan con precaria infraestructura y en muchos casos los alumnos deben caminar desde anexos más alejados para acudir a su respectivo colegio. Con constantes deslizamientos que sigan afectando las zonas más vulnerables el escenario sería complicado para el inicio del año escolar.
El panorama es aún más precario en el norte del país, pues las lluvias han presentado mayor intensidad que en el sur y existe la sombra de dudas sobre cómo estarán los planteles dentro de un mes y medio cuando inicien las labores.
Por ello, estamos advirtiendo con tiempo sobre esta situación para que durante febrero las autoridades educativas puedan preocuparse en los planes de contingencia adecuados para garantizar que en marzo puedan iniciarse las labores con normalidad. Recordemos que el servicio educativo de por sí ya es precario en las zonas más alejadas del país y eventos naturales como las intensas lluvias podrían volverlo aún más vulnerable.
Nos encontramos a tiempo de solucionar esta realidad y esperemos que nuestras autoridades tengan en cuenta es rápido accionar ante los efectos del fenómeno El Niño y con ello garantizado que miles de escolares cuenten con las condiciones adecuadas para recibir educación de calidad.