Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Díos”, frase mágica y divina, para reconocer aquello que es justo. Por eso hoy reconocemos la construcción del Centro de Alto Rendimiento (CAR) del FBC Melgar porque se ha convertido en un hito histórico para el fútbol arequipeño, significando un gran avance para el desarrollo de nuestra región en el más popular de los deportes.
El FBC Melgar, con la visión inquebrantable de su principal gestor, Jader Rizqallah, ha inaugurado su flamante Centro de Alto Rendimiento (CAR), un hito histórico que marca un antes y un después para el fútbol arequipeño.
Sus tres campos de fútbol reglamentarios con césped de primera, un gimnasio de última tecnología y camerinos impecables, representan un oasis donde el talento local podrá florecer y alcanzar la excelencia.
La ciudad respira un nuevo aire de optimismo, pues sabe que el CAR será la cuna de futuras estrellas que brillarán en el firmamento futbolístico nacional e internacional.
En sus próximas etapas, se proyecta la construcción de una cancha sintética con parámetros FIFA, tres campos más de césped natural y una zona administrativa completa. Un proyecto ambicioso que convertirá a este complejo en uno de los mejores de Sudamérica.
La historia comenzó el año 2004, cuando se adquirió el terreno de Mollebaya donde hoy se alza este coloso deportivo. Desde entonces, la pasión y el compromiso de Jader Rizqallah han sido el motor que ha impulsado este sueño. Su visión a largo plazo y su liderazgo inquebrantable han inspirado a todo el FBC Melgar y a la ciudad de Arequipa. El pasado miércoles, abrió sus puertas por primera vez al equipo profesional del FBC Melgar.
La alegría y la emoción eran palpables en el ambiente, pues todos sabían que este era el inicio de una nueva era para el fútbol arequipeño.
Es un símbolo de esperanza, de trabajo duro y de sueños cumplidos. Un ejemplo de que todo es posible si se persigue con pasión, determinación y honestidad.
Arequipa tiene motivos para estar orgullosa. El CAR Melgariano es un regalo invaluable para la ciudad y para el fútbol peruano. Un regalo que nos recuerda que los sueños, por más grandes que parezcan, siempre pueden hacerse realidad.