Seguimos en una crisis de valores muy fuerte en nuestro país, tanto la moral y la ética se dejaron de lado y estamos viviendo una época donde no interesa el humanismo y solo se actúa por intereses personales, que hacen que nuestros lideres actúen dentro de la corrupción y la captura del poder para seguir enriqueciéndose a costa del sufrimiento de muchas personas.
El verdadero liderazgo ya no existe y este se confundió con el político que es sinónimo de falacia, por ello la gente dejo de creer y se encuentra confundida porque ya uno no sabe quien dice la verdad, se utiliza el asistencialismo para seguir sometiendo a los ciudadanos y se busca que no exista una educación de calidad, para que así no hayan nuevos líderes con capacidad transformadora y de servicio, ello siempre va a responder a intereses mezquinos que nunca buscan el desarrollo y quieren tener una sociedad no pensante con pocas oportunidades de desarrollo, con la salud deteriorada y con una baja calidad de alimentación, que traerá como consecuencia distintas enfermedades, falta de productividad en los trabajos y generaciones que no puedan competir en este mundo globalizado.
No tiene ningún sentido el crecimiento económico si no se distribuye la riqueza especialmente en la sociedad que atraviesa pobreza, no se implementan las escuelas, los colegios, los institutos técnicos y se apoya en la investigación a las universidades, se debe tecnificar la agroindustria y buscar que los trabajadores se capaciten en las nuevas tecnologías para así ser competitivos y alcanzar el progreso no solo unos cuantos sino toda la sociedad, no se necesitan ideologías de derecha o izquierda, se necesita gente con capacidad de resolución de problemas, que mire nuestro país con humanismo y se preocupen porque todos tengamos las mismas oportunidades de desarrollo.
Quizá sea el momento de buscar educar responsablemente a los jóvenes para que ellos sean los futuros conductores del país, introduciendo en ellos el valor de la moral y ética especialmente mediante la honestidad, la justicia y la libertad, tenemos que generar espacios donde se puedan analizar la realidad del país, pero que este no se quede en soluciones teóricas, sino que se desarrolle la capacidad de solucionar problemas con autonomía, creatividad e innovación, donde los nuevos líderes sientan la responsabilidad que significa conducir una nación, por ello es necesario escucharlos y orientarlos porque de seguro que tienen buenas ideas y que se sienten frustrados porque en nuestro país el liderazgo se dividen en ciertos partidos políticos, apellidos o amigos, es hora de cambiar no solo de gobierno sino sobre todo de lideres con visión humana.
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