La figura de un personaje político es complicada. Sus declaraciones y posición ante determinados temas pueden marcar tendencia y a la vez generar odios y simpatías de la población. Por ello, la importancia de mantener la compostura del caso tratándose de personajes públicos.
Tenemos casos que fueron muy notorios durante la semana. Así lo vimos con el congresista Darwin Espinoza quien, con palabras altisonantes, criticó la labor periodística y, para varias en el mundo político, amenazó a los hombres de prensa con denunciarlos ante las críticas por la bronca entre su esposa y una asesora de despacho congresal vinculada sentimentalmente con el legislador.
La compostura quedó a un lado cuando el parlamentario dijo que se publicaban ‘estupideces’ negando, de esta forma, la pelea. Sin embargo, fue desmentido posteriormente por el presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, quien señaló que se investigaba el caso y se habían solicitado las grabaciones de cámaras de seguridad.
En esa línea, aparece también el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, quien se ofuscó y levantó la voz ante preguntas de los periodistas sobre denuncias contra el Gobierno. Si retrocedemos un poco más, tendremos a la presidenta Dina Boluarte quien contestó ‘tu mamá’ a las críticas de la población.
Veremos que otros episodios afrontarán nuestros gobernantes ante la ciudadanía. Sin embargo, la crítica salta a la vista por las expresiones lamentables de personas que deberían dar el ejemplo de trabajo y comportamiento adecuados ante la población que confió en ellos desde el inicio.
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