La mañana prometía ser tibia, por el sorprendente nublado denso; sin embargo el frío, de acuerdo al pronóstico del Senamhi, resultaba acertado. Desde el lunes 16, el descenso de la temperatura, es insoportable, como las frías noticias que aparecen todos los días; noticias de color gris que ponen en evidencia la astucia inocultable que se incrusta en el poder político.
Este comentario surgió luego de una conversación que sostuvimos en programa de radio con el Dr. Emiliano Salas, de nacionalidad mexicana, conferencista internacional, especialista en lenguaje corporal y analista de mensajes de los políticos. Cruzamos información sobre la inteligencia y la astucia de estos personajes, concluyendo que existe diferencia significativa .
Primero: la palabra astucia, según la Real Academia Española (RAE), es la cualidad de astuto (a) o sea, maña, picardía, ardid, disimulo, engaño. Como ejemplo un político astuto es muy hábil para engañar o para lograr artificiosamente cualquier fin, siempre en su beneficio.
La astucia es una habilidad para alcanzar comodidad, beneficio y bienestar propios, afectando a los demás; mientras la inteligencia, es la capacidad de crear bien propio, empero, incluyendo a los demás, es la persistencia de lograr ese bienestar, para todos. El político inteligente es servicial y empático por antonomasia.
Un personaje astuto es capaz de comprender y analizar situaciones con rapidez e impresionante precisión, además de tomar decisiones ventajosas, sobre la base, absolutamente subjetiva, de sus observaciones, es decir, del ángulo que le interesa y le conviene. El astuto es un manipulador en potencia; reconoce al viento cuando está a su favor - digamos en las elecciones –
La población electora del país, el año 2026, claro, en caso no haya excepcionalmente, sucesos imprevistos, deberá prepararse para asumir los efectos de su decisión; sin olvidar que no va solo a cumplir con votar, sino a elegir. Se trata de la imperdible ocasión de cambiar la situación actual. Solo hace falta elegir correctamente.
Es suficiente detenerse un minuto para leer titulares de los diarios impresos o escuchar radioemisoras, medios audiovisuales y revisar mensajes en redes sociales, para convencernos que la crisis política, la corrupción galopante y el atrevimiento de los políticos astutos, se normaliza en el Perú. Los políticos se apropian del poder que, la ciudadanía inocentemente les dio. Ahora, ¿quién los puede remover del poder? ¡ Inteligencia y liderazgo sí, astucia y picardía engañosa, nunca más!