La masacre de trece trabajadores de seguridad vinculados a la Minera Poderosa en La Libertad no solo enluta al país, sino que evidencia un escalofriante nivel de barbarie que no puede normalizarse. Las imágenes difundidas por Latina Noticias, que muestran a las víctimas desnudas y amordazadas, con disparos en la nuca, exponen la crueldad con la que operan organizaciones criminales infiltradas en el sector minero informal y artesanal. No estamos ante un simple conflicto, sino frente a una estructura violenta que actúa con impunidad absoluta.
La minera Poderosa confirmó que los fallecidos prestaban servicios a una operación artesanal formalmente contratada. Esto desmonta la narrativa simplista de un enfrentamiento entre ilegales, y más bien revela que incluso quienes operan bajo el amparo de la ley están en riesgo extremo. La violencia ha sobrepasado cualquier límite razonable y pone en jaque la viabilidad de trabajar en zonas donde el Estado no ejerce control efectivo. ¿Dónde está la seguridad para quienes cumplen la ley?
El asesinato metódico de estos trabajadores es también una llamada de atención para el Gobierno. La lucha contra la minería ilegal no puede limitarse a operativos esporádicos o anuncios vacíos. Debe haber presencia sostenida del Estado, tanto en fuerzas del orden como en fiscalización ambiental, laboral y judicial. Permitir que el crimen organizado dicte las reglas en los corredores mineros es abdicar de la soberanía. La minería formal, al ser una fuente crucial de ingresos, no puede seguir expuesta a este nivel de violencia sin consecuencias estructurales.
Más allá del horror de este caso, lo que se exige es justicia real, no solo condenas simbólicas o comunicados corporativos. El Ministerio del Interior debe dar resultados concretos y rápidos: identificar, capturar y procesar a los responsables. No hacerlo solo alimentará la sensación de abandono en las regiones más productivas del país y afianzará el control criminal. Trece trabajadores fueron ejecutados por cumplir con su deber. Que sus muertes no se sumen al archivo de la impunidad.