Son incontables las pérdidas económicas que soportó Arequipa durante tres años de pandemia de la covid-19, y luego soportar las protestas coronadas por una grandiosa crisis política. Los sectores que la vieron negra fueron de los microempresarios, las grandes empresas también perdieron, pero se recuperaron más pronto.
Con ese panorama, miles de arequipeños perdieron su trabajo, perdieron sus microempresas y volvieron a empezar de cero siendo parte de la informalidad.
Este año llegaron nuevas autoridades que tal vez no sepan que son la esperanza de muchas familias, por eso es importante hacerles recordar que sus buenas decisiones generan empleos, sus malos funcionarios generan corrupción y más pérdidas económicas, lo que no necesita la ciudadanía. Por eso, es vital sobre todo en el municipio provincial y gobierno regional acelerar su capacidad de elaborar proyectos y destrabar aquellos que están en espera desde anteriores gestiones.
Los festejos de Arequipa reactivaron una microeconomía en el turismo y comercio, siendo un ejemplo que poco a poco podemos repotenciar nuestros aspectos económicos.
Urgen generaciones de ideas de todas las áreas de los gobiernos para que puedan reactivar a nuestra ciudad.
Sugerimos poner atención a la economía circular, es un modelo de otros países emergentes que les va muy bien. Para muestra un botón hay miles de toneladas que reciclar y puede ayudar a mejorar la economía de los sectores vulnerables, hay mucha literatura del tema evalúen las mejores opciones.