El 12 de noviembre quedará grabado como uno de los días más tristes del sur del Perú. Treinta y siete vidas se apagaron en segundos en el kilómetro 780 de la Panamericana Sur, cuando un bus de la empresa Llamosas cayó a un barranco de más de 200 metros, tras chocar con una camioneta conducida —según la Policía— por un chofer aparentemente ebrio. En los hospitales de Camaná y Arequipa, el dolor se convirtió en rutina: cuerpos sin identificar, familiares buscando nombres en listas incompletas y hospitales colapsados. Una escena repetida, pero nunca asumida por las autoridades.
En el terrapuerto de Arequipa, las lágrimas se mezclaban con la rabia. Los familiares exigían respuestas que nadie tenía. La empresa, sin registro completo de pasajeros, se excusaba mientras los medios publicaban los nombres antes que las propias autoridades. En Ocoña, bomberos y policías rescataban cuerpos con cargadores frontales por falta de equipos especializados. Era lamentable ver cómo se recogieron víctimas como si fueran desechos, ese personal fue solidario quiso buscar dar un final digno al occiso, pero el sistema de salud solo tenía camiones para trasladar los cuerpos.
La tragedia volvió a mostrar lo que todos sabemos y pocos enfrentan: la falta de fiscalización en el transporte interprovincial y el abandono del sistema de salud. Las empresas operan sin control real, con choferes sobreexplotados, vehículos mal mantenidos y autoridades que solo reaccionan cuando hay muertos. La Gerencia de Transportes promete sanciones, pero nadie supervisa en carretera. Mientras tanto, los hospitales funcionan con carencias de hace décadas.
Hoy Arequipa llora y el Estado vuelve a callar. La Asociación Peruana de Empresas de Seguros ya anunció los montos del SOAT, pero ningún dinero cubre una ausencia. Las familias necesitan justicia, no indemnizaciones automáticas. Si después de cada tragedia seguimos escuchando los mismos discursos, urge más fiscalización de las autoridades regionales, además una vez más decenas de familias están luto por culpa de la negligencia humana.