En los últimos 2 años, miles de personas confían en ciudadanos extraños que les dan préstamos de dinero inmediato y les cobran cada día con supuestas cuotas bajísimas que enamoran, sobre todo a los comerciantes, que ganan su sustento económico diariamente. Pero, los intereses llegan incluso a 500 %, lo que pasó de ser un apoyo al negociante necesitado a un delito apodado “gota a gota”, según lo bautizó la Policía.
Los prestamistas se volvieron el terror de los comerciantes porque el día que no paguen son agredidos toscamente. Lamentablemente, los mismos ciudadanos apoyaron la informalidad y crearon la modalidad “gota a gota” de pedir un préstamo a cualquier persona que resultó ser un delincuente.
A nivel nacional por culpa de normalizar estos créditos hay alrededor de 500 mil personas amenazadas por extorsionadores, según la Federación Peruana de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito. En Arequipa, la Policía recibió de enero a mayo, más de 180 denuncias, aunque en los mercados más grandes dicen que ese número se puede multiplicar por 100.
Los que denuncian son ciudadanos que pagaron su deuda con exceso y los agreden para obligarlos a pagar más. También hay un grupo que pide préstamos y huyen del prestamista porque no tienen con qué pagar y al ser encontrados son golpeados. En este último caso los policías no tienen suficientes elementos para protegerlos. Algunos efectivos policiales se sienten usados para “meter cabeza” a los usureros.
En conclusión, esta modalidad afecta gravemente la seguridad de los ciudadanos que confían en delincuentes y lamentablemente solo serán auxiliados por la Policía cuando son agredidos, es decir muy tarde. El primer paso para evitar ese daño es no prestarse dinero de gente de mal vivir y si son acosados por ellos ir a Policía para frenar este problema y a los oficiales recordarles que están obligados a defender a la población