El descenso sostenido de las temperaturas en diversas regiones del país no solo marca el inicio de una temporada invernal más intensa, sino también un desafío urgente para las familias, especialmente aquellas con niños pequeños. Las heladas, friajes y vientos gélidos no son solo fenómenos climáticos: son amenazas directas a la salud infantil, capaces de desencadenar infecciones respiratorias agudas, neumonías y cuadros de hipotermia si no se toman medidas preventivas adecuadas.
Los padres de familia deben asumir un rol activo y estratégico. No basta con abrigar a los niños: es fundamental evitar cambios bruscos de temperatura, asegurar una buena ventilación en espacios cerrados donde se usen calentadores, y reforzar la alimentación con productos ricos en vitamina C y zinc. Además, es clave mantener al día el esquema de vacunación, especialmente contra la influenza y el neumococo, tal como recomienda el Ministerio de Salud.
Otro aspecto crítico es el entorno escolar. Las instituciones educativas deben coordinar con los padres para adaptar horarios, flexibilizar el uso de uniformes y garantizar ambientes protegidos del frío. En zonas altoandinas o amazónicas, donde el friaje puede durar hasta 10 días, se requiere una vigilancia comunitaria que priorice a los grupos más vulnerables: niños menores de cinco años, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
En Arequipa ya se comenzaron a sentir los primeros estragos con valores de temperaturas que bordean los 2 grados. El invierno recién inicia el viernes y se espera que el panorama se intensifique. Queda cuidarse y cuidar a nuestros familiares.
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