El retorno de las lluvias en Arequipa marca el inicio de una temporada que, aunque necesaria para la agricultura y los ecosistemas, también trae consigo riesgos considerables para la población. Durante los últimos días, las precipitaciones comenzaron a intensificarse, generando preocupación entre los ciudadanos y recordándonos la vulnerabilidad de la región frente a fenómenos climáticos extremos.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) ha emitido alertas sobre el aumento de lluvias en la región, con especial énfasis en las zonas altoandinas y las quebradas que desembocan en la ciudad. Según los reportes, se prevé un incremento en el caudal de ríos y posibles deslizamientos en áreas vulnerables. Estas advertencias deben ser tomadas con la seriedad que merecen, ya que son fundamentales para anticipar y mitigar los riesgos asociados con el ingreso de las quebradas y los posibles desastres que podrían desencadenarse.
La población tiene un rol crucial en la prevención de emergencias. Es imperativo que las familias tomen medidas como limpiar canaletas, reforzar techos y evitar construir o habitar en zonas de riesgo. Asimismo, es vital estar atentos a las indicaciones de las autoridades y mantenerse informados sobre las actualizaciones meteorológicas.
Sin embargo, la responsabilidad no recae únicamente en los ciudadanos. Las autoridades locales y regionales deben redoblar esfuerzos para garantizar la seguridad de la población. Esto implica monitorear constantemente las zonas críticas, activar planes de emergencia y movilizar recursos para responder rápidamente ante cualquier eventualidad. La prevención debe ser prioritaria.