Con el inicio del proceso electoral rumbo a las elecciones del 2026, diversos partidos políticos han comenzado a inscribir a sus precandidatos, marcando el arranque formal de una contienda que promete ser decisiva para el futuro del país. Las primeras definiciones han revelado un abanico de perfiles que van desde figuras tradicionales hasta nuevos rostros que buscan renovar el escenario político. Este momento exige atención ciudadana, pues la calidad del debate público dependerá en gran medida del compromiso de los electores con el análisis de las propuestas.
En este contexto, el deber cívico de la población no se limita al acto de votar, sino que comienza mucho antes: con la evaluación crítica de los planes de gobierno, la trayectoria de los postulantes y la viabilidad de sus promesas. La transparencia, la sostenibilidad económica y el respeto por los derechos fundamentales deben ser ejes centrales en la valoración de cada candidatura. La ciudadanía tiene en sus manos la posibilidad de exigir contenido, profundidad y responsabilidad en el discurso político.
Lamentablemente, el proceso no ha estado exento de tensiones. Diversos actores políticos han sido blanco de ataques verbales y campañas de desprestigio que desvían la atención del verdadero objetivo: construir un país más justo y equitativo. En lugar de alimentar la confrontación, es urgente que tanto candidatos como votantes prioricen el debate de ideas por encima de las protestas vacías o los enfrentamientos personales. La democracia se fortalece con argumentos, no con agravios.
A medida que se definan más candidaturas en los próximos meses, será crucial que los medios de comunicación, las organizaciones civiles y los propios ciudadanos promuevan espacios de diálogo informado. Las elecciones de 2026 no deben convertirse en un espectáculo de polarización, sino en una oportunidad para renovar el pacto social con base en propuestas concretas y soluciones reales. El país necesita líderes que escuchen, propongan y construyan, y votantes que exijan lo mejor de ellos.