Las alarmas se encendieron con el registro de dos muertes por covid-19 en el norte del país. Esto va acompañado de un incremento progresivo de casos de la enfermedad en regiones como Lima, Ica, La Libertad y Piura. Así, repetimos el panorama de hace tres años (2021) cuando se anunció el inicio de la segunda ola del nuevo coronavirus, que en palabras de la ministra de Salud de aquel entonces, Pilar Mazzetti, se convirtió en un ‘tsunami’.
Las circunstancias han cambiado mucho en comparación con aquellas fechas. Actualmente se tiene más información de la enfermedad y sus diferentes variantes, aparecieron las vacunas de diferentes laboratorios que ayudaron a frenar los efectos más graves de la covid-19 hasta llegar a la declaratoria del final de la emergencia sanitaria por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, hay algo que no ha cambiado a pesar de las circunstancias tan difíciles que atravesamos, sobre todo los años 2020 y 2021, la población mantiene en el subconsciente esa indiferencia hacia la necesidad de ser preventivos y protegerse de las enfermedades. Peor aún, en algunos sectores todavía existe ese rechazo, más por temor que por otros motivos, a las vacunas. Esto a pesar que está comprobado que su aplicación permitió disminuir las cifras de la enfermedad que mantuvo en confinamiento al planeta entero durante varios meses.
El hecho que una de las víctimas no estuviera vacunada y la otra en un hospital con otros doce pacientes solo respalda la crítica a la población en general. Hay un descuido al momento de cuidarse de la covid-19.
Las medidas de protección son simples, pues se trata de evitar en lo posible las aglomeraciones, usar mascarilla si es que estamos expuestos a personas con síntomas de la enfermedad y sobre todo mantener la higiene del caso. Así evitaremos que la covid-19 amenace a la salud del país.