Las vías de comunicación del país siguen tiñéndose de sangre. La situación se hace más latente a medida que nos acercamos a las fiestas de fin de año, pues incrementa la cantidad de viajeros; y por lo tanto, los traslados de una región a otra.
Ocurrió en Cusco con dos siniestros en la última semana. La mañana de este jueves, también ocurrió en la provincia arequipeña de Camaná. Todos estos accidentes dejaron víctimas mortales y heridos que se suman a lamentables cifras como la brindada por el Observatorio Nacional de Seguridad Vial (Onasevi), que señaló que hasta el 27 de octubre se contabilizaron 16 329 incidentes de este tipo en todo el país.
Con la cercanía de las fiestas de fin de año, nuestras autoridades enfrentan el desafío de intensificar las medidas de fiscalización y control en las carreteras. La Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran) ha publicado reportes estadísticos que evidencian la necesidad de reforzar los operativos de seguridad vial, especialmente en las fechas festivas.
La seguridad en las carreteras peruanas depende tanto de la responsabilidad individual de los conductores como de la eficacia de las medidas de control y prevención adoptadas por las autoridades. Ante el incremento de accidentes y la cercanía de las festividades, es imperativo un esfuerzo conjunto para reducir la siniestralidad y proteger la vida de los ciudadanos.
Si este accionar no se lleva a cabo, tendremos más noticias trágicas que solo enlutarán a más familias, producto de la falta de control en nuestras carreteras y la poca importancia a la seguridad vial del Perú.