La noche del miércoles, un ataque armado en el Círculo Militar de Chorrillos dejó heridas a cuatro integrantes de la orquesta Agua Marina, generando conmoción en el país. Este acto criminal reavivó el reclamo de muchos artistas que denuncian falta de prevención y respuesta ante la escalada de violencia. El episodio ocurre apenas siete meses después del asesinato del cantante Paul Flores.
“Rechazamos rotundamente los actos de violencia que viene perpetrando el crimen organizado contra la ciudadanía”, dijo la actriz Jely Reátegui, mensaje que fue respaldado por Patricia Barreto, Gisela Ponce de León, Jimena Lindo y cientos de colegas del mundo artístico.
Actores como Andrés Wiese alertaron que “el país se desangra mientras el silencio de nuestras autoridades ya se hizo costumbre. Disparan en los conciertos, mueren en las calles y aún hay quienes miran hacia otro lado”. Con firmeza, varios artistas exigieron que el gobierno despliegue acciones urgentes para garantizar conciertos seguros y proteger la integridad de los ciudadanos.
Además de Wiese y Reátegui, figuras como Tatiana Astengo, Bruno Ascenzo y Marco Zunino se sumaron a las críticas contra las autoridades. Astengo calificó al hecho como consecuencia de un “total desgobierno”, mientras Ascenzo afirmó: “Estoy molesto, triste, furioso… ¡Harto!”. En redes sociales se multiplicaron los pedidos de castigo ejemplar a los responsables del atentado.
Este levantamiento artístico refleja una crisis mayor: traficantes, extorsionadores y mafias de cupos habrían penetrado ambientes culturales, presionando artistas, agrupaciones y espacios de entretenimiento. Los firmantes del pronunciamiento indicaron que más de 900 profesionales de las industrias culturales exigen trabajar sin miedo, que el Estado actúe con decisión y que se restaure la paz en escenarios que solían ser espacios de celebración.
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