El presidente colombiano Gustavo Petro respondió con firmeza al llamado a la “unión militar” formulado por Nicolás Maduro, dejando en claro que el mandatario venezolano no tiene facultades para impartir órdenes a las Fuerzas Militares de Colombia. La declaración se dio durante una rueda de prensa sobre el informe de lucha contra el contrabando, realizada el 18 de diciembre de 2025, en un contexto de creciente tensión regional.
Petro sostuvo que ningún jefe de Estado puede dar directrices a los ejércitos de otros países sin un mandato soberano compartido. En ese sentido, afirmó que solo a través de un proceso constituyente supranacional —basado en la soberanía popular— podría plantearse una coordinación formal entre naciones como Colombia, Venezuela, Ecuador o Panamá. “Yo no puedo ordenarle al Ejército de Venezuela nada, ni allá pueden dar órdenes al Ejército de Colombia”, enfatizó.
El mandatario recordó que, pese a la historia común entre ambos países, existe hoy un factor que agrava la relación bilateral: la presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN), al que calificó como la única organización armada binacional activa. Petro advirtió que esta guerrilla, integrada por colombianos y venezolanos, ha fortalecido sus vínculos con el narcotráfico y escalado su violencia contra la población civil, especialmente en zonas campesinas.
Petro también evocó sus intentos fallidos de avanzar en un cerco conjunto contra el ELN con apoyo de la fuerza pública venezolana. A su juicio, la falta de cooperación permitió que el grupo armado intensificara sus acciones, como ocurrió en enero de 2025 en el Catatumbo, donde ataques atribuidos al ELN dejaron decenas de muertos, heridos y miles de desplazados. “El ELN es enemigo de Colombia, de Venezuela y de Latinoamérica”, sentenció.
En paralelo, el presidente colombiano expresó preocupación por la posibilidad de una incursión militar de Estados Unidos en Venezuela, anunciada por el presidente Donald Trump bajo el argumento de combatir el narcotráfico. Petro advirtió que una operación de ese tipo podría interpretarse como un acto de guerra, más aún cuando Trump incluyó a Colombia entre los países señalados por la producción de cocaína, elevando las alertas sobre un eventual escenario de confrontación regional.
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