Tras las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció un supuesto plan orquestado por agencias de inteligencia de EE.UU. e Israel para encarcelarlo y callar su voz política. El mandatario señaló directamente a la CIA, la DEA y el Mossad, a quienes acusó de planear su extracción del país.
"Podrían buscar cómo se extrae al presidente de Colombia" con la ayuda del servicio secreto israelí, Mossad, la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) o la Administración de Control de Drogas del país norteamericano (DEA) para "meterlo por allá en una cárcel, donde no se escuche su voz en un lugar lejano de EE.UU.", manifestó el mandatario en un acto público. "Hasta eso piensan", completó.
Petro atribuyó estas presiones a su intervención ante la Asamblea General de la ONU en septiembre pasado, donde criticó duramente la política antidrogas estadounidense y condenó el “genocidio” en Gaza. “Por eso me castigan hoy y me burlo del castigo”, expresó en referencia a su inclusión en la llamada Lista Clinton, un registro que bloquea activos y prohíbe transacciones financieras con el Gobierno norteamericano.
No obstante, el presidente colombiano dijo confiar en el respaldo de sectores progresistas y democráticos de la región. "Si eso llegara a pasar [...] no me dejarían solo y que entre esas fuerzas y las fuerzas de sudamerica [...] no pasaría mucho tiempo en esos calabozos", afirmó, convencido de que "la voz de la razón" y de la verdad "terminaría derribando las bombas nucleares, los muros, los hierros, el intento de silenciar el pensamiento y la expresión libre".
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) acusó a Petro y su entorno de “participar o intentar participar” en actividades vinculadas a la “proliferación internacional de drogas ilícitas”. Mientras Washington refuerza su posición, el mandatario colombiano sostiene que las sanciones son un castigo político por desafiar el poder global desde los foros internacionales.