La represión en Venezuela se ha extendido a los extranjeros que viven o visitan el país, que se suman a los más de 200 venezolanos detenidos arbitrariamente, en muchos casos bajo régimen de incomunicación, según la Misión de Establecimiento de los Hechos de la ONU para Venezuela.
De acuerdo con los detalles que ofrecieron este lunes sus miembros en una rueda de prensa en Ginebra, de los más de 200 venezolanos detenidos arbitrariamente —sea por caer en alguna de las categorías que el Gobierno juzga como opositores o por su simple participación en una manifestación— hay 43 cuyas vidas están en peligro por las condiciones que sufren.
Solo en la primera mitad de este mes se pudo documentar la detención de catorce personas, dijo la presidenta de la Misión, la portuguesa Marta Valiñas, una jurista especializada en derechos humanos.
La experta argentina Patricia Tappatá precisó que también se ha investigado la detención en el último año de entre 120 y 150 extranjeros, a los que las autoridades de Venezuela han acusado principalmente de ser mercenarios y entre los cuales ha podido documentar 84 casos de ciudadanos de treinta países, incluyendo varios estadounidenses y veinte españoles (16 de ellos con doble nacionalidad).
En una mayoría de casos los detenidos son puesto bajo régimen de incomunicación y sufren la negación de la asistencia legal y consular o graves trabas para recibirla.
Tappatá dijo que se ha observado que uno de los motivos centrales para la detención de extranjeros es “extorsionar” y ejercer presión sobre sus gobiernos.
“Estamos viendo la profundización... la agudización de la represión en su faceta más dura, con nuevos elementos de hostigamiento contra individuos, familias y países, y que no son casos esporádicos”, sostuvo.