El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó la noche del sábado 21 de junio el bombardeo por parte del Ejército estadounidense de las instalaciones nucleares iraníes de Isfanhán, Natanz y Fordo.
Añadió que su objetivo era la destrucción de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán y un alto a la amenaza nuclear planteada por el Estado patrocinador del terror número uno del mundo.
Los bombardeos de Israel a Irán han dejado más de una veintena de muertos, la mayoría de ellos militares, pero también figuran dos niños de 7 años, según medios iraníes, que también reportaron que los bombardeos estadounidenses a tres instalaciones nucleares no se cobraron vidas.
El Gobierno iraní aseguró que ninguno de los heridos por los bombardeos estadounidenses de la madrugada del domingo 22 de junio presentan contaminación radiactiva, sin dar detalles del número de víctimas.
Medios iraníes informaron este domingo de una “gran explosión en Bushehr”, provincia que acoge la única central nuclear de Irán, después de que Estados Unidos bombardease tres instalaciones nucleares del país persa a lo largo de la noche.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, reaccionó a los hechos calificándolos como una "grave violación" a la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.