El senador estadounidense Lindsey Graham encendió las alarmas en la región al afirmar que Donald Trump "es muy serio en [su intención de] impedir que el Estado narcoterrorista de Venezuela siga envenenando a los estadounidenses con drogas ilegales". Sus declaraciones llegan en un clima de creciente tensión. En Caracas sostienen que se intenta construir una narrativa para justificar una intervención militar.
Desde Venezuela, Nicolás Maduro acusa a Estados Unidos de promover un objetivo geopolítico que va más allá del narcotráfico. "La verdad es que Venezuela es inocente, y todo lo que se está haciendo contra Venezuela es para justificar una guerra, un cambio de régimen y robarnos la inmensa riqueza petrolera", afirmó. La disputa se centra en recursos y legitimidades enfrentadas.
Graham insistió en desconocer al mandatario venezolano y reforzó la línea dura de Washington. "El presidente Trump también considera que Maduro es un líder ilegítimo cuyos días están contados. Estoy de acuerdo con la valoración", expresó, y luego añadió: "No considero a Maduro un líder legítimo, sino más bien un narcotraficante que ha sido acusado ante los tribunales estadounidenses". Sin embargo, no se han presentado pruebas concretas.
En paralelo, Graham vinculó a Venezuela, Colombia y Cuba con "un califato de la droga", evocando incluso la intervención en Panamá. "Hay un califato de la droga en nuestro patio trasero… Me alegra mucho que el presidente Trump se haya comprometido a poner fin a ese reinado del terror", sostuvo. Más tarde añadió: "Cuanto antes se vaya Maduro, mejor para el pueblo de Venezuela y Estados Unidos". La retórica acompaña el creciente despliegue militar.
La tensión escaló con el anuncio de la 'Operación Lanza del Sur'. "Esta misión defiende nuestra patria… y protege nuestra patria de las drogas que están matando a nuestra gente", aseguró el secretario de Guerra, Pete Hegseth. Con el USS Gerald R. Ford ya en el Caribe, Venezuela denuncia “un intento de invasión”, mientras voces internacionales acusan a EE.UU. de montar una agresión que vulnera el derecho internacional.