La crisis política en Brasil volvió a sacudirse este sábado luego de que la Policía Federal detuviera de forma preventiva al expresidente Jair Bolsonaro, condenado por intentar mantenerse en el poder tras perder las elecciones de 2022.
A las 6:00 horas, agentes ingresaron a su residencia en Brasilia y lo trasladaron a dependencias policiales, en cumplimiento de la orden emitida por la Corte Suprema para asegurar el orden público mientras continúa el proceso judicial.
La medida llega apenas un día después de que la defensa del exmandatario solicitara cumplir su condena de 27 años bajo arresto domiciliario por motivos de salud. Sin embargo, la Corte ordenó su reclusión preventiva por incumplir medidas previas y mientras se ejecutan las resoluciones del juicio. Bolsonaro, de 70 años, ya estaba bajo detención domiciliaria desde agosto por violaciones a restricciones impuestas dentro del mismo expediente.
El fallo del Supremo señala que Bolsonaro lideró una organización criminal que buscó perpetuarse en el poder, apoyada por exministros, mandos militares y aliados políticos. La condena, impuesta por cuatro votos contra uno, también alcanzó a figuras como Alexandre Ramagem, exdirector de inteligencia —quien habría fugado hacia Estados Unidos—, así como a exjefes de las Fuerzas Armadas y exministros que recibieron penas de entre 16 y 26 años de prisión.
El caso se remonta a la campaña de descrédito contra el sistema electoral brasileño iniciada en 2021 y que culminó con las protestas y el asalto a las sedes del Estado en enero de 2023, una semana después de la toma de mando de Lula da Silva. Según la Fiscalía, los hechos constituyen el cierre de una trama golpista organizada para impedir la transición democrática y establecer un régimen autoritario bajo control del expresidente.
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