Historiadores relatan la jura de la independencia del Perú, ocurrida el 28 de julio de 1821, tras duras batallas que permitieron finalmente que Lima se convirtiera en la capital de la naciente república. Sin embargo, poco se conoce sobre la aceptación del grito independentista en Arequipa, que recién se produjo el 6 de febrero de 1825. Pero, ¿alguna vez se ha preguntado cómo celebró la población arequipeña la proclama de libertad?
Para entenderlo, debemos señalar que la independencia proclamada en Lima en 1821 llegó a la Ciudad Blanca varios días o incluso semanas después, a través del correo. La reacción entre la población arequipeña no fue inmediata ni entusiasta, como podría suponerse, pues Arequipa aún estaba bajo el control de autoridades realistas.
La expectativa fue vivida principalmente por los sectores populares. No obstante, tras la decisiva batalla de Ayacucho, ocurrida el 9 de diciembre de 1824, Arequipa fue declarada oficialmente libre del yugo español el 6 de febrero de 1825. Cumplimos el bicentenario de ese acto.
PRIMER PREFECTO. Uno de los actores claves de la jura de independencia de la ciudad, fue Francisco de Paula de Otero, el primer prefecto de Arequipa, nombrado por Simón Bolívar y Antonio José de Sucre el 9 de diciembre de 1824 en medio de la batalla de Ayacucho. Su llegada a Arequipa se dio durante la primera quincena de enero de 1825, haciéndose cargo del gobierno de la ciudad, tal como lo cuenta el historiador Rubén Pachari.
Además detalló que para ello, algunos funcionarios que antes habían sido muy realistas, se convirtieron en patriotas, organizando así un recibimiento a Otero en Uchumayo. En el lugar adornaron el local de la Prefectura para que las autoridades nuevas vean un ambiente patriótico. Sin embargo, esto no fue una manifestación de patriotismo, los pobladores se acomodaron a la coyuntura que se vivía en la ciudad.
JURA DE INDEPENDENCIA. Llegado el 6 de febrero de 1825, la plaza de Armas de la Ciudad Blanca se convirtió en el escenario para que oficialmente Arequipa sea independiente. Las autoridades civiles, militares y religiosas se reunieron, juraron y estamparon su firma jurando lealtad a la república, explica el investigador Dante E. Zegarra López.
Asimismo, en este acto se incluyó discursos, el repique de campanas y lectura de documentos que vinculan a la ciudad con el proyecto bolivariano, tal como se registra en el periódico La primavera de Arequipa, fundado días antes por el capitán Andrés Negrón. Mientras la población aplaudía se hizo el tradicional paseo por la plaza de Armas llevando los símbolos de la patria. Sin embargo, esto no fue un acto multitudinario o de grandes dimensiones, sino más protocolar. Una celebración que se desarrolló y vivió por un día
Cabe recalcar que esta noticia no fue bien recibida por los realistas más fieles a la corona española, quienes tras rechazar la independencia se retiraron de Arequipa tomando la primera embarcación para regresar a España y salvar sus bienes
ÚLTIMO VIRREY. Otro de los personajes que permitió el paso de la colonia a la república en Arequipa, fue el virrey Juan Pío Tristán, el último virrey del Perú, quien tras la derrota realista en Ayacucho y el intento fallido por mantener el control en Arequipa, pasó a las filas de los patriotas y con ello arrastró a gran parte de la aristocracia local.