Perú pierde aproximadamente unos 5 mil millones de dólares anualmente por la creciente criminalidad que azota el país sudamericano, es decir reduce en 1.7 % del PIB, debido a que afecta negativamente las inversiones, sobre todo de pequeños negocios, golpeados por una ola de extorsiones y asesinatos.
La administración de la presidenta Dina Boluarte hizo público el estudio en el que hace un cálculo del impacto de la delincuencia en los negocios y para ello el ministerio de Economía y Finanzas utilizó datos de 2022 del Instituto Nacional de Estadística e Informática que luego extrapoló para 2025.
“La problemática de la inseguridad es importante, eso afecta negativamente las inversiones, sobre todo en los pequeños negocios y algunos inversionistas dejan de venir al Perú porque el clima no es suficiente”, dijo el ministro de Economía, Raúl Pérez.
El ministro explicó que para llegar a la cifra se calculó los gastos en seguridad y vigilancia que realizan las empresas privadas, pero también el gasto público en reducción de delitos y faltas que afectan a la seguridad ciudadana.
“Es una forma de aproximarse, sin duda este es un resultado que si uno lo mira bien, siempre va a ser una subestimación del valor real”, explicó Pérez Reyes.
“Sea cual sea el valor de la criminalidad, es un valor alto porque estamos hablando de recursos que se podrían destinar a otras actividades y no a poner rejas, sistemas de seguridad, cámaras de vigilancia, contratar más personal de seguridad”, comentó.
Las extorsiones a pequeños negocios y asesinatos de transportistas de buses en medio de los pasajeros son noticia frecuente en casi todo Perú. Las extorsiones, que incluyen explosiones o incendios provocados de negocios, han provocado el cierre de emprendimientos privados en zonas con menor resguardo policial.