Un equipo de especialistas en Ingeniería Biomédica y Biología de la Universidad Nacional de Taiwán ha dado un paso clave en la investigación sobre la regeneración capilar. En su estudio, provocaron irritaciones en la piel de ratones mediante dodecilsulfato de sodio (SDS), observando que tras unos días los animales desarrollaban nuevo vello, a diferencia de los que no fueron expuestos al compuesto.
El hallazgo llevó a los científicos a descubrir que, ante una irritación, el cuerpo envía células inmunitarias a la capa de grasa bajo la piel. Estas, al interactuar con las células grasas, liberan ácidos grasos monoinsaturados, los cuales son absorbidos por las células madre del folículo piloso y estimulan el crecimiento del cabello.
"Estos resultados demuestran que las lesiones cutáneas no solo provocan inflamación tisular, sino también que estimulan la regeneración capilar", rezan las conclusiones del estudio.
Con el fin de comprobar si los mismos resultados podían lograrse sin dañar la piel, los investigadores crearon sueros con estos ácidos grasos disueltos en alcohol. "Descubrimos que solo los ácidos grasos monoinsaturados ricos en tejidos adiposos, como los ácidos oleico y palmitoleico, son efectivos para promover la regeneración del cabello cuando se aplican tópicamente en la piel", declaró Sung Jan-lin, profesor a cargo del experimento.
El propio Sung quiso experimentar el hallazgo en sí mismo. "Personalmente, apliqué estos ácidos grasos disueltos en alcohol en mis muslos durante tres semanas y descubrí que favorecían el crecimiento del vello", afirmó. Los científicos sostienen que estos compuestos, presentes en alimentos vegetales, podrían convertirse en una alternativa natural y prometedora para tratar la caída del cabello en humanos.
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