Durante años, las apuestas deportivas tradicionales se enfocaron en predecir ganadores o puntajes, pero la irrupción de las apuestas props cambió el panorama. Estas se centran en hechos específicos como quién marcará el primer gol, cuántas tarjetas recibirá un equipo o incluso cuánto durará el himno en el Super Bowl.
El atractivo de esta modalidad está en que los resultados no dependen del marcador final, sino de eventos puntuales dentro o alrededor del juego. Por ejemplo, en un Barcelona vs. Real Madrid, se puede apostar si el primer gol caerá antes del minuto 20 o cuántas tarjetas amarillas acumulará un equipo, sin importar el resultado global.
Las props se dividen en categorías: de jugador, vinculadas a su rendimiento; de partido, centradas en hechos generales; de equipo, que evalúan desempeño colectivo; y las de novedad, conocidas como exóticas, que incluyen aspectos de entretenimiento o azar, como el color del líquido arrojado al entrenador campeón.
Su éxito radica en que incrementan el compromiso de los aficionados y exigen análisis detallado de tendencias, lesiones o clima. Además, convierten cada instante en una oportunidad de emoción: desde un saque de esquina hasta una jugada aislada. En síntesis, las apuestas props transforman el deporte en una narrativa interactiva donde cada usuario puede vivir su propia historia.